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El caballero del corazón maldito

Hubo alguna vez un reino, en una provincia muy lejana, donde vivió un joven campesino quien pasaba sus días trabajando tranquilamente en su huerta, viviendo de la tierra que su padre le dejo tras toda una vida de esfuerzo. Una vida simple pero feliz, sin embargo, esa misma tranquilidad vería su fin el día que el joven vio a lo lejos a una hermosa doncella, damisela de la cual se enamoró profundamente, impresionado por su belleza y encantado por su bondad al observarla dándoles unas monedas de oro a unos niños pobres, quienes mendigaban a un lado del camino.

Desde ese día el pobre joven sufrió en silencio por el amor que sabía no podría obtener, consciente de su situación supo que no tenía nada para ofrecer por el afecto de aquella mujer puesto que, hija de un gran terrateniente, le sería imposible cortejar. Mas el destino le ofrecería una oportunidad de conseguir su amor, ya que poco después de su primer encuentro estalló una guerra con un reino vecino, entonces para lidiar con el enfrentamiento el Rey convocó a que todas las familias presentaran al menos a un hombre para combatir por el reino.

Por suerte el joven, último de 4 hijos, se vería excluido de este decreto, pero al saber que el padre de su amada era el único hombre de su casa y por lo tanto aquel que sería llamado al servicio, se le ocurrió ofrecerse a tomar su lugar en las filas del reino a cambio de la oportunidad de cortejar a la joven doncella.

El padre de aquella dama, hombre adinerado y orgulloso, aunque reacio a la idea de que un plebeyo pretendiera a su hija, por miedo a morir en batalla accedió a la propuesta del joven, pero no sin antes idear una forma de evitar ese desenlace, por lo que este le ofreció al joven que sí batallaba en el frente y lograba regresar no solo le entregería la mano de su hija, sino que además lo volvería su heredero. No hace falta decir que el joven, ilusionado por obtener el amor de esa hermosa doncella, acepto sin más.

Sin embargo, conforme lo fue pensando, meditando y sopesando sus posibilidades de lograr tal hazaña, se dio cuenta que eso sería prácticamente imposible, no obstante, también pensó en que esta podía ser su única oportunidad de conseguir el afecto de su amada, por ello junto todo lo que poseía en este mundo, vendió sus terrenos junto con todo lo que estos contenían y busco la ayuda de un conocido hechicero, el más poderoso del reino decían muchos. El sabio tras escuchar la historia del joven y conmovido por su devoción a la mujer que amaba, decidió ayudarlo.

Después de consultar varios de sus libros y buscar en todos sus pergaminos encontró un conjuro perfecto para el objetivo del joven. Se trataba de un hechizo antiguo, capaz de conferir la inmortalidad a una persona, pero este sólo funcionaría en base a un “contrapeso”, una fuerza separada de la cual se alimentaría, una razón por la cual seguir en este mundo, en este caso ese algo que sujetaría al joven a la tierra de los vivos sería su amor por la doncella que lo esperaría al final de su cruzada.

El joven ahora como un confiado y hábil caballero marchó con paso firme hacia su destino, sin titubear avanzó hacia el campo de batalla con su amor impulsando su espíritu…. por desgracia nada ocurrió como lo imagino.

Como en cualquier conflicto los primeros en batallar son los primeros en caer, de todo el batallón del que formó parte sólo el comenzó a levantarse de entre los escombros y cuerpos inertes, sin embargo, esa no fue la peor parte, peor aún, fue apresado por el enemigo y desde ahí empezó descenso al infierno.

En todos los conflictos lo más valioso para cualquier bando es la información, aquel que consiga hasta la más mínima ventaja táctica sobre el otro bando será quien gane. Y por eso aquel pobre caballero fue torturado por días, sufriendo los peores tormentos en un intento de conseguir sacarle algo. Y cuando los días se convirtieron en semanas su suerte sólo empeoro, puesto que, tras un intento de ejecutarlo, sus captores descubrieron que este pobre y desgraciado caballero era incapaz de morir, siempre levantándose, por ello aquel sufrimiento que vivía se incrementó. Las semanas se convirtieron luego en meses, tiempo en el que ya ni siquiera intentaban interrogarlo, sino que sólo lo utilizaban para “refinar” el arte de la tortura, todo porque el amor que aún le tenía a esa doncella, porque su corazón aún se aferraba a la idea de volver a ver a la mujer por la que había jurado regresar le impedía partir de este mundo.

Pasaron 3 largos y tortuosos años en los cuales el pobre caballero sufrió los peores horrores que se podían padecer, resignado a su situación hasta que la mano del destino decidió apiadarse de él y le envió una salvación, en la forma de un ejército al servicio de un rey aliado del suyo, el cual había sido enviado a apoderarse de esa fortaleza, cosa que tras una intensa batalla que duro varios días, en los cuales el pobre caballero fue olvidado sin siquiera recibir un trozo de pan o un vaso de agua, lograron.

Finalmente, con la fortaleza tomada el caballero fue rescatado junto a los demás prisioneros, libre para finalmente volver a su hogar y reclamar la mano de su amada.

Amargo sería el regresar del caballero al saber que la doncella por la que había peleado y soportado el infierno había sido desposada sólo un par de semanas tras su partida y ahora además cargaba en su vientre el producto de esa relación.

Triste sería su regreso a su hogar, al darse cuenta de que sus hermanos habían muerto y sus tierras habían sido vendidas.

Mayor fue su desgracia cuando el rey, al no creer la historia de que fue recluido durante tanto tiempo sin ser ejecutado, lo acuso de traición y lo exilió sin más.

Triste, sólo, deshonrado y sin un hogar al cual volver, el caballero vago por el que ahora era su hogar “el nuevo mundo” como lo llamaban, un paraje inhóspito y lúgubre donde su depresión lo llevo a la decisión de acabar con su sufrimiento.

Desdichada sería su suerte al mostrarle que, tras arrojarse de un acantilado, sus ojos comenzaron a abrirse, que tras meterse un tiro volvía a despertar y que, tras beber un terrible veneno veía de nuevo el amanecer.

Simple y sencillamente no podía morir, pues a pesar de su desilusión, a pesar de la traición, el seguía amando a esa joven dama con todo su corazón.

Finalmente, y cuando por fin se había resignado a su cruel destino recibió una carta, un mensaje final del viejo hechicero que lo había maldecido, en ella le ofrecía sus más sinceras disculpas por todo el mal que le había causado y, sabiendo lo que seguramente ya había intentado hacer, le decía que la única manera de romper el encantamiento era sacarse su corazón y exprimir hasta la última gota de su sangre en una fuente de agua cristalina a la luz de la luna.

El caballero agradeciendo a su viejo y al parecer único amigo camino hasta su destino final, y así tras completar el ritual abandonó este desdichado mundo, liberándose de las ataduras que fueron ese amor que no le había traído más que desgracias, dejando tras de sí nada más que un cuerpo y una fuente, un manantial que no mucho después se convertiría en una de las maravillas más buscadas de la historia.

Fin

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